Caí
caí Caín,
igual
al tuyo es mi pecado,
maté
a un Abel que estaba acostumbrado
a
que yo no matara por pereza;
maté,
maté
como verdugo con destreza,
caí,
caí Caín por el barranco,
caí
rodando hasta matar un día.
Maté
al dolor, a la melancolía
a
la duda y a la madre del cordero.
Me
cargué a la tristeza con esmero
asesiné
a la angustia de repente
y me lavé la mano...
Lo
tuyo fue peor,
era
tu hermano.
¿Qué
dices que?
¿Qué
te traía frito?
No
me digas Caín,
¡por
dios bendito!
Se
acabó mi relato.
-Gloria Fuertes-
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada