Por cierto, que si alguien lo tenía pensado,
gracias, pero a mí lo de felicidades por el día de la mujer no me va. Y por lo
de trabajadora, menos. Ser mujer no es algo que haya elegido, más bien es algo
en constante definición a lo largo de mi vida y con no pocos cambios, dudas,
contradicciones e indefiniciones. Además, odio con toda mi alma las
mistificaciones sobre el hecho de ser mujer, qué más quisiera yo que correr con
lobos, pero mucho me temo que no, que ando con gatos y voy que chuto. En fin,
que si hay algo en lo encuentro orgullo es en formar parte de un grupo
discriminado social, política y culturalmente y haber peleado y crecido (y
seguir haciéndolo cada vez con más conciencia), sola y en compañía, para
sobreponerme a esa discriminación y vivir mi vida plenamente, ayudando en lo
que pueda, a ser posible más con ejemplo que con discursos. Si las felicidades
van por eso, pues mira, sí, felicidades, compañeras. Tenemos más moral que el
alcoyano. Aunque es verdad que lo de tener razón da bastantes fuerzas. En todo
caso, en estas ocasiones me sale más el homenaje y la protesta que la
celebración.
-Ana Pérez
Cañamares-
Foto: Chema Madoz.
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