No es más que un sol,
pero los hombres lo miran
y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
Alejandra Pizarnik
“Las aventuras perdidas”, 1958
Recogido en: Alejandra Pizarnik- Poesía completa
Editorial Lumen 2000
Recogido en: Alejandra Pizarnik- Poesía completa
Editorial Lumen 2000
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