Hoy no puedo
escribir palabras más que como piedras,
ni tiritas voy
a darles para el corte,
que cada uno
se lama sus heridas
o que
reviente en pus.
Aunque sea
de mala educación
me niego al
perdón y al olvido y señalo con el dedo,
ya está bien
de machitos cabríos
dejando tras
su paso arrasadas mujeres
muertas en
vida,
muertas por
sus hijos y por sus hijas muertas.
Muertas de
asco,
muertas de
miedo,
muertas de
vacío,
muertas.
En mi
corazón ateo no hay cabida para tanto,
y no crean
que es por falta de espacio
ni por aforo
limitado,
es por
derecho de admisión.
Me niego a compartir.bondades
con cobardes asesinos.
Ya está bien
de condescendencia
y pulcros
discursos para evitar ampollas,
por si
alguien se molesta;
que empiecen
a cambiarse de zapatos,si les aprietan,
y que anden
descalzos en los pavimentos
de la
condena eterna.
Eso hace
falta.
La condena
eterna sin contemplaciones.
A esos que
matan en nombre del amor
y matan a
una mujer y al amor en la misma puñalada,
los condeno
al desprecio,al exilio, al desierto,
y ni
cantimplora para el agua les daría.
No me
avergüenzo.
-Patricia Olascoaga-
Imatge: POEMA VISUAL de ANTONIO GÓMEZ
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